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Deepfakes: ¿Una amenaza para la autenticidad en el ámbito legal?

 Deepfakes: ¿Una amenaza para la autenticidad en el ámbito legal?

Para ver el video: https://youtu.be/jcghS0gLcEQ

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En los últimos años, el avance de la inteligencia artificial (IA) ha revolucionado múltiples campos, pero también ha planteado retos significativos. Uno de ellos es el fenómeno de los deepfakes, donde la IA se utiliza para sintetizar o manipular audio y vídeo, generando dudas sobre la autenticidad de las pruebas en diversos contextos, incluido el judicial.

Recientemente, en una peritación relacionada con una grabación surrepticia entre un empleado y su empleador, surgió un argumento inquietante: ¿qué pasaría si las palabras atribuidas al empleador hubieran sido generadas artificialmente? Este cuestionamiento refleja una preocupación creciente: la capacidad de la IA para imitar voces con precisión plantea desafíos para determinar la autenticidad de las grabaciones.

¿Qué son los Deepfakes?

Los deepfakes son creaciones artificiales generadas mediante técnicas de IA que buscan replicar la voz o apariencia de una persona de manera hiperrealista. Existen principalmente dos tipos de herramientas que pueden aplicarse a la síntesis de voz:

Texto a habla (Text-to-Speech):

Convierte texto en audio, logrando cada vez una mayor naturalidad y reduciendo el tono robótico que caracterizaba las versiones iniciales.

Habla a habla (Voice-to-Voice):

Transforma el habla de una persona en la voz de otra, ajustando el timbre, la entonación y otros aspectos de la voz objetivo. Este tipo de herramientas resulta más peligroso debido a su capacidad para replicar el estilo vocal de un individuo, con un alto nivel de detalle.

Un ejemplo icónico: Terminator 2

En la película Terminator 2 (1991), Arnold Schwarzenegger utiliza un truco ingenioso para detectar una síntesis de voz. En una conversación telefónica, plantea preguntas inesperadas para evaluar la autenticidad del interlocutor, revelando la falsedad a través de inconsistencias en las respuestas. Aunque ficticio, este ejemplo resalta la importancia de identificar patrones de comportamiento o vocales anómalos como herramienta para descubrir posibles manipulaciones.

El papel del análisis forense

Ante la amenaza de los deepfakes, el análisis forense de audio se ha vuelto crucial. Los especialistas emplean diversas estrategias para identificar inconsistencias entre una grabación cuestionada (dubitada) y una conocida (indubitada). Estas técnicas incluyen:

Análisis perceptual:

Evaluación de la prosodia (ritmo y entonación).

Identificación de pausas, silencios y patrones de pronunciación.

Búsqueda de anomalías en la fluidez del discurso.

Análisis técnico:

Comparación de espectrogramas y estructuras de los archivos de audio.

Detección de artefactos digitales que puedan indicar manipulación.

Verificación de la coherencia en la calidad del audio (ruido de fondo, reverberación, etc.).

La importancia de preservar el archivo original

Un paso fundamental para garantizar la validez de una grabación es conservar su integridad. Esto implica proteger el archivo original de cualquier compresión o alteración que pueda ocurrir al transferirlo, especialmente a través de plataformas como WhatsApp, que tienden a modificar los archivos multimedia.

Para evitar esta pérdida de información:

Comprimir antes de enviar: Utilizar formatos como .zip o .rar para mantener la estructura original del archivo.

Preferir correos electrónicos: Si el remitente no sabe comprimir, el correo electrónico es la opción más segura para enviar el archivo sin alteraciones.

El desafío para abogados y peritos

El surgimiento de deepfakes no solo representa un desafío técnico, sino también legal. Los abogados deben estar preparados para cuestionar la autenticidad de grabaciones y trabajar en colaboración con especialistas en informática y audio para abordar estas dudas de manera fundamentada.

Los análisis no deben limitarse a las técnicas perceptuales tradicionales, sino que deben incorporar herramientas informáticas avanzadas para comparar estructuras digitales y detectar diferencias fuera del rango normal. Estas metodologías, en constante evolución, permitirán establecer la validez o falsedad de una grabación cuestionada con mayor precisión.

Conclusión

Los deepfakes representan una amenaza real, pero también una oportunidad para perfeccionar las técnicas forenses y fortalecer los estándares legales. En un mundo donde la tecnología avanza rápidamente, la capacitación constante de peritos y abogados será clave para garantizar que la verdad prevalezca en el ámbito judicial.

¿Estamos preparados para este desafío? Sin duda, la respuesta está en manos de quienes conjugan el conocimiento técnico con la práctica legal.

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