Lecciones sobre la producción y evaluación de pruebas electrónicas: el caso de llamadas y mensajes de WhatsApp
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En el contexto de la creciente digitalización de la evidencia en los procesos judiciales, es fundamental comprender las implicancias técnicas y procesales de la prueba electrónica. Recientemente, tuve la oportunidad de analizar un caso que ilustra algunos de los desafíos comunes en este campo, relacionados con la integridad, completitud y formalidad en el manejo de mensajes y llamadas de WhatsApp.
La anécdota del caso: el celular roto y la prueba incompleta
El caso giró en torno a un actor cuyo celular sufrió daños irreparables en el display. Esto lo llevó a cambiar de dispositivo, pero sin realizar un respaldo adecuado de los datos, como las llamadas y mensajes de WhatsApp. Como resultado, los registros históricos no estaban disponibles en el nuevo dispositivo, complicando la presentación de esta evidencia en el proceso.
Desde un punto de vista técnico, propuse como alternativa solicitar los registros directamente a las empresas de telecomunicaciones, un recurso que permite acceder a datos más completos y robustos. Sin embargo, la parte demandada objetó esta propuesta argumentando que el punto pericial solo solicitaba analizar los registros existentes en el celular para verificar su integridad y autenticidad. Esto evidenció un vacío en la estrategia procesal inicial y en la comprensión del valor probatorio de los datos respaldados por terceros.
Principales aprendizajes
Formalidad y procesabilidad de la prueba
La prueba electrónica debe cumplir con los requisitos procesales para ser válida. Esto incluye la forma en que se produce, ofrece e incorpora al expediente. En este caso, la falta de previsión en el manejo del dispositivo original y la ausencia de un respaldo adecuado afectaron la completitud de la prueba.
Completitud y complementariedad
La fuerza probatoria de los mensajes y llamadas de WhatsApp no radica únicamente en su contenido sino también en la posibilidad de complementarlos con registros históricos externos, como los proporcionados por empresas de telecomunicaciones. Estos registros incluyen detalles técnicos adicionales como fechas, horas, antenas utilizadas, números involucrados y ubicación geolocalizada, que pueden fortalecer significativamente el caso.
Integridad y preservación
La integridad de la evidencia digital depende de su preservación en su formato original. Realizar copias de seguridad de manera regular es esencial para evitar la pérdida de datos valiosos ante contingencias técnicas. Además, en caso de litigio, es crucial que los mensajes puedan ser presentados en su formato original, respaldados por herramientas que garanticen su autenticidad.
Importancia de asesoramiento técnico oportuno
Los abogados y partes involucradas deben considerar las posibles contingencias técnicas desde el inicio, integrando a peritos especializados en el diseño de la estrategia probatoria. Esto incluye prever alternativas, como recurrir a terceros confiables (como empresas de telecomunicaciones), para fortalecer la evidencia disponible.
Reflexión final
El caso demuestra que la producción de prueba electrónica no se limita a lo que está disponible en el dispositivo de una parte. La robustez de la evidencia reside en su completitud, formalidad y el respaldo técnico que permita garantizar su integridad y autenticidad. Para ello, es indispensable una visión estratégica que considere las contingencias posibles y aproveche todas las fuentes de datos disponibles. En la era digital, comprender y aplicar estas lecciones puede ser decisivo para el éxito de un caso.
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